Cualquiera que se considere un fanático del boxeo, casual o de hueso colorado, sabe quien es el gran Julio Cesar Chávez. Con 115 peleas bajo la manga y tres títulos divisionales, Chávez paralizaba su país de México cuando peleaba. Después de que su carrera empezó a declinar, eventualmente se retiró en el 2005. Antes de retirarse, Chávez vio a su hijo, el peso mediano Julio Cesar Chávez Jr, convertirse en profesional en el 2003. Ahora un veterano de once años, Chávez Jr, capturó el codiciado título mediano del CMB para después perderlo en ruta a convertirse en una fracción de lo popular a lo que su famoso padre ha sido, aunque casi igual de controversial.
Existe otro Chávez, poco conocido para muchos afuera de México. Omar “Businessman” Chávez, un superwelter quien cuenta con palmarés de 34 peleas, 31 victorias, 2 derrotas y 1 empate. 22 de sus victorias han sido por medio del nocaut. El menor de la dinastía Chávez (hay un Chávez aun menor, Christian, quien no siguió los pasos pugilistas de su padre y hermanos) ha declarado públicamente que después de ocho años como profesional, está listo para subir de nivel a clase mundial para conseguir peleas (y bolsas) de nivel de HBO y Showtime.
El problema es que, posiblemente el mundo del boxeo no esté muy interesado.
Antes de que Omar, de veinticuatro años, pueda obtener una visa y viaje a la tierra donde las calles están pavimentadas con oro, tendrá que enfrentarse al duro pegador Daniel “Galeno” Sandoval, quien de sus 34 victorias, 31 han llegado por la vía del nocaut. Sandoval solo ha perdido 2 veces. Omar ha justificado el combate como una forma para probar que el tienen las habilidades, el talento y más importante la mandíbula para enfrentarse a púgiles como Saúl “Canelo” Álvarez o Miguel Cotto, dos peleadores a los que el ha mencionado querer enfrentarse en el futuro próximo.
La verdad del asunto es que Omar no es tan talentoso. No es secreto que varias veces ha sido beneficiado con victorias regaladas, incluyendo su único empate ante el antes 0-10-2 Miguel Hernández en Tijuana, cuando Omar llevaba como record 10-0. Cuando la pésima decisión fue dada, por poco se genera una revuelta en el auditorio, puesto que la bien educada audiencia tijuanense no podía aceptar el empate dado en un combate que Hernández claramente ganó.
Las dos derrotas de Omar, han sido en las manos del mismo hombre, Jorge “Maromerito” Páez Jr, el hijo de la súper estrella mexicana de los 80s “Maromero” Páez, quien tenían una manera única de entrar al cuadrilátero, con peinados y atuendos llamativos (por decir algo). Páez Jr no solo venció a Chávez, pero le dio una clínica de boxeo enfrascada en dos brutales palizas. Una cosa que Omar si tiene es corazón, después de perder casi todo los asaltos en su primer combate del 2011, inexplicablemente pidió la revancha ocho meses después a lo que el promotor de los dos púgiles accedió felizmente.
Firmado a la compañía promotora mexicana Zanfer, quien tiene estrechas relaciones con Top Rank, podría garantizarle un combate en uno de los dos canales Premium de HBO, pero sin un nombre importante en los Estados Unidos, ¿le interesaría pelear con el alguno de los nombres elite del boxeo o inclusive los campeones poco conocidos?
Todo depende de cuanto de ese oro de las calles le ofrezcan a sus oponentes.